domingo, 19 de abril de 2020

Tareas del día 20 de abril

Programación semanal













Programación para el lunes:





Lectura: D. Quijote de la Mancha.

DON QUIJOTE DE LA MANCHA

En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, vivió no hace mucho tiempo un hidalgo.
Nuestro hidalgo se llamaba Alonso Quijano. Tenía muchos años y era muy delgado. Don Alonso poseía un caballo flaco,  unas tierras y una casa muy grande.  El hidalgo vivía con su joven sobrina  y una criada.

LECTURAS DEL HIDALGO

A don Alonso le gustaba mucho cazar y leer. Él leía durante muchas horas. Día y noche. Leía libros de aventuras de caballeros andantes,  de gigantes y magos.
En los libros se decían  cosas que nadie entendía, como esta:
“La razón de la sinrazón, mi razón enflaquece”.
Don Alonso se volvió loco de tanto leer.
Creyó que las historias de caballeros andantes  ocurrían de verdad.

CABALLERO ANDANTE
—Pero primero necesitaré unas armas –pensó el hidalgo.
Don Alonso encontró en su casa una armadura con su casco, una lanza y un escudo de sus bisabuelos.
Estas armas estaban viejas y desgastadas. Don Alonso limpió las armas  y las sacó brillo.  Ya tenía las armas de un caballero.

ELECCIÓN DE LOS NOMBRES

Don Alonso necesitaba también un buen caballo. Un caballo joven y fuerte.
Don Alonso se acercó a la cuadra. Allí estaba su caballo.
Aunque era flaco y enfermizo, a don Alonso le pareció el mejor caballo. Quiso ponerle un nombre sonoro. Tardó 4 días en encontrar un nombre para el animal.
—Te llamarás Rocinante –dijo don Alonso.
Después de poner nombre a su caballo, quiso cambiar el suyo. Don Alonso eligió el nombre de don Quijote de la Mancha. “Quijote” se parecía a su apellido. “De la Mancha” era el nombre de su tierra.
Era un nombre ridículo para un caballero.

DULCINEA DEL TOBOSO
Todos los caballeros tenían una enamorada, pero él no.
Don Quijote pensó:
—Necesito una dama para ofrecerle mis aventuras. Don Quijote se acordó de una labradora  del Toboso, un pueblo cercano al suyo. Él estuvo enamorado de ella, pero nunca se lo dijo. La labradora se llamaba Aldonza Lorenzo. Don Quijote le buscó un nombre de princesa. Su dama se llamaría Dulcinea del Toboso.

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